Bueno, qué puedo decir, nunca antes me habían invitado, completamente, a un paseo tan increíble, tan bonito, tan diferente, tan remotamente acogedor, un lugar tan inmenso, tan tranquilo, tan primitivo y tan precioso. Viajamos desde Bogotá hasta Leticia, y luego varios kilómetros al interior hasta el Hotel Amazonas, por todo el borde de Colombia. Conocimos Puerto Nariño en Colombia, los caceríos de la frontera en Perú y Brasil, y también Tabatinga en Brasil. Gracias mi Kochi, te amo.